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A la mayor parte de los profesionales liberales, autónomos, y emprendedores
LES SUCEDEN UNA O VARIAS DE ESTAS CUESTIONES, QUE PUEDEN SERTE FAMILIARES
- No tienen los suficientes clientes anuales para ser sostenibles.
- No cobran lo que estiman que deberían cobrar.
- Terminan por hacer un poco de todo y para todo tipo de clientes, ya que no pueden permitirse seleccionar para quién sí trabajar y para quién no.
- No tienen certeza sobre su futuro profesional.
- No tienen ingresos pasivos aún.
- El NO y el rechazo les suponen un freno.
- No les suena el teléfono, sin buscarlo ellos previamente.
- Temen un futuro sin recursos económicos recurrentes.
- No se sienten importantes en su sector.
Y no sólo le ocurre en profesionales por cuenta propia. Cambia “clientes” por “contrataciones” y verás que todo esto es extrapolable a trabajadores por cuenta ajena, salvo que tratemos el sector funcionarial, que no es el caso.